Reynosa, Tamaulipas.- Prácticamente ya sin recursos y con los albergues desbordados, miles de haitianos varados en esta ciudad fronteriza de Tamaulipas esperan hacinados en improvisados campamentos que Estados Unidos les resuelva sus peticiones de asilo.
En contraste, los ucranianos, que huyen de la invasión rusa en su país, tienen un relativo acceso rápido al asilo estadounidense.
Mientras aguardan en Reynosa, los europeos llenan los hoteles de la ciudad, cuyos dueños señalan que los están salvando de la baja ocupación por la «cuesta de enero».
Ambos grupos de migrantes son dos caras de un mismo «sueño americano».
Desde hace meses, los caribeños, en su mayoría familias, han tenido que ocupar plazas, banquetas y predios para sobrevivir en campamentos improvisados con cartones y bolsas de plástico.
Ante la falta de apoyo oficial, voluntarios de agrupaciones defensoras de los derechos humanos y religiosas son quienes les ayudan a recibir alimentos y acceder a baños y artículos de higiene personal.
Sin embargo, los albergues están desbordados por los miles de migrantes haitianos, pero también de otras nacionalidades de Centro y Sudamérica.
La situación se ha agravado luego de que el Gobierno del Presidente demócrata Joe Biden cambió este mes las reglas del proceso y exige que los haitianos, venezolanos, nicaragüenses y cubanos soliciten asilo desde sus países.
Además, el Gobierno mexicano avaló la deportación desde Estados Unidos de hasta 30 mil migrantes de esas nacionalidades para que esperen el asilo en México.
Desde el fin de semana, los haitianos prácticamente se han apoderado de la Plaza Miguel Hidalgo, la principal de Reynosa, y de la zona centro.
Los migrantes están con celular en mano, consultando constantemente el nuevo sistema de citas por internet para tramitar asilo o visa humanitaria en EU, así como haciendo llamadas por internet a familiares fuera de México.
Para ahorrar dinero, buscan conexiones wifi libres de oficinas de Gobierno, hoteles, restaurantes y más negocios.
También es común verlos hacer fila en bancos y tiendas de autoservicio para cobrar envíos de dinero.
Contrario a los haitianos, los ucranianos están salvando a los empresarios hoteleros de una baja ocupación.
Omar Elizondo, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Reynosa, reveló que estos europeos se hospedan en instalaciones de al menos de tres estrellas.
«Hay muchos ucranianos, que están esperando cruzar (a Estados Unidos). Llegan unos y se van otros», dijo Elizondo.
«Es un enero mejor que otros años», añadió el empresario, quien dijo que tienen una ocupación de alrededor del 50 por ciento, alta para la temporada.
A diferencia de los caribeños, los ucranianos se cuentan por decenas, a veces cientos, y se les observa andar despreocupados por la ciudad.