El Río Bravo, uno de los afluentes más largos del mundo y que divide Estados Unidos de México ya no luce poderoso.
La sequía de más de dos años en la región y alta temperatura ha provocado que el agua del Bravo se esté racionando como medida preventiva ante la falta de agua de lluvia y escurrimiento de las montañas de Colorado.
En la frontera de Laredo, Texas y Nuevo Laredo, Tamaulipas el Río Bravo luce debilitado al tener una profundidad de 40 centímetros, cuando en meses anteriores superaba el metro.
Derivado a la problemática se extrae 18 metros cúbicos por segundo, está cantidad de agua es para abastecer a las poblaciones fronterizas, descartando su uso para agricultura.
En el área recreativa ‘El Patinadero’ el cauce se adelgazó por lo menos 20 metros y dejó expuestas grandes rocas que antes no se observaban al estar cubiertas.
En el área de los puentes internacionales 1 y 2 ‘Puerta de las Américas’ ‘Juárez-Lincoln’ se logra apreciar suelo que anteriormente el agua cubría al estar el nivel por encima del metro de profundidad.
El Bravo hace llegar agua potable y de irrigación a millones de ciudadanos fronterizos desde el sur de Colorado hasta Texas y Tamaulipas en México.