Matamoros, Tamaulipas.- La desesperación está creciendo entre los miles de migrantes extranjeros que están varados en esta ciudad fronteriza de Tamaulipas sin poder acceder al asilo estadounidense y que se están quedando sin recursos.

En un nuevo caso, un venezolano fue detenido ayer tras ser descubierto por guardias de un supermercado robando un paquete de carne y otro de jamón.

Con los albergues desbordados y viviendo en la calle, al menos 7 mil extranjeros, la mayoría familias, padecen para subsistir en Matamoros, lo que ha disparado los llamados robos «hormiga», principalmente de alimentos y ropa.

De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), en los que va del año estos hurtos se han disparado 30 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2022.

El venezolano detenido ayer fue identificado como Adrián Alexander, quien fue entregado a la Guardia Estatal por personal de seguridad de la tienda.

Una fuente policiaca aseguró que el migrante, con la ayuda de una mujer, escondió en su espalda un paquete de carne de res y en su pantalón un paquete de jamón de pavo, valuados en 350 pesos.

Al llegar a la caja, lo único que pagó el venezolano fueron dos litros de leche, añadió el informante narrando videos de seguridad de la tienda.

El extranjero fue trasladado a la barandilla policiaca para analizar su caso y la mujer que lo acompañaba, también venezolana, quedó en libertad.

Venezuela es uno de los países a los que Estados Unidos modificó las reglas de asilo y ahora deben solicitarlo desde su territorio, complicando la situación para los venezolanos varados en la frontera mexicana.

La medida también aplica para cubanos, nicaragüenses y haitianos, que están en grandes números en Matamoros.

«Ya lo habíamos advertido, que los migrantes están desesperados y se han visto orillados a robar por la falta de atención de las autoridades», lamentó ayer Abraham Rodríguez, titular de la Canaco en la ciudad.

«No tienen comida y por eso están cometiendo estos robos hormiga», añadió.

Rodríguez cuestionó que sean voluntarios de organizaciones civiles quienes buscan ayudar a los extranjeros, mientras que el Gobierno no hace nada, pero sí permite una creciente deportación de migrantes por parte de Estados Unidos.