Matamoros, Tamaulipas.- Las oleadas de migrantes centroamericanos, venezolanos, haitianos y hasta africanos de las últimas dos semanas han saturado los albergues y llevado a cientos de extranjeros a las calles de esta ciudad fronteriza de Tamaulipas.
La casa para el migrante San Juan Diego, el principal refugio de Matamoros y con capacidad para 250 persona, reportó ayer una ocupación del 90 por ciento ante la constante llegada de migrantes, principalmente haitianos.
Hace 15 días, Matamoros registró un repunte en la deportación de venezolanos después de que Estados Unidos cambió sus política de asilo y les exigió esperar en México.
Sin embargo, la mayoría de estos sudamericanos ha dejado la ciudad y ha sido llevada al Centro del País, pero, al mismo tiempo, repuntó el arribo de haitianos.
Ayer cientos de haitianos seguían durmiendo en la Avenida Tamaulipas y en casas abandonadas cercanas al puente internacional Puerta México, donde esperan una respuesta a su solicitud de asilo humanitario.
De acuerdo con defensores de migrantes, más de 700 haitianos llegaron a la ciudad de otras partes de México con la esperanza de poder cruzar a Estados Unidos.
Unos 200 de estos migrantes caribeños, detallaron, viven en las calles y algunos se colocan en los cruceros para pedir dinero a los automovilistas.
El martes pasado, diversos haitianos intentaron ocupar la zona que hasta principios del año pasado operó como un improvisado campamento para migrantes en las orillas del Río Bravo, pero fueron desalojados.
El Alcalde de Matamoros, el morenista Mario López, dijo que no se permitirá que revivan ese campamento marcado por el hacinamiento y destacó que hay espacio en el Centro Integrador de Migrantes, donde actualmente pueden vivir 600 personas.
«No vamos a permitir que se establezcan en la margen del Río Bravo», afirmó López.
«Lo que estamos haciendo es invitarlos a que se dejen trasladar al Centro Integrador, ahí van a tener todo y serán bien atendidos», añadió.
López señaló que en el Centro Integrador cuentan con mayor seguridad, ya que es resguardado las 24 horas por la Guardia Nacional.
«Ahí estarán más seguros, en la calle o en la orilla del río están más expuestos», dijo el Edil.