Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Las balaceras y muertes de inocentes la madrugada de ayer en Nuevo Laredo y Reynosa reflejan la crisis de seguridad que el Presidente Donald Trump ha argumentado para exigir que México refuerce la vigilancia en su lado de la frontera.
En Nuevo Laredo, que es el cruce comercial fronterizo más importante de Norteamérica, el Ejército, la Marina, la FGR, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana detuvieron a Ricardo González Sauceda, de 27 años.
La captura de «El Ricky» o «Mando R», identificado por las autoridades como segundo al mando del Cártel del Noreste en Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, desató balaceras, persecuciones y enfrentamientos entre autoridades y delincuentes.
La situación fue tal que el Consulado de Estados Unidos en Nuevo Laredo emitió una alerta para advertir a sus ciudadanos del riesgo del lado mexicano.
En Reynosa, a su vez, delincuentes protagonizaron un enfrentamiento en el que murieron una mujer y dos de sus nietos, de 3 y 5 años, que estaban en un departamento, donde también falleció un hombre y una mujer quedó herida.