Colonias del norte de Tampico viven en zozobra tras el hallazgo de cabezas y colas de cocodrilo en solares baldíos, lo que supone que comenzó la cacería de saurios para comercializar su carne.
En la localidad el consumo de cocodrilo está prohibido y aunque en su momento fue solicitud de ciudadanos tomarlo como opción ante la presencia desmedida de lagartos en lagunas y que incluso salen a los drenes de diversos sectores, ahora se abre otra historia con la presencia de estos vestigios de captura.
Comerciantes del sector Tancol denunciaron que en botes de basura o terrenos abandonados han aparecido partes mutiladas de cocodrilos, y esto lo han detectado a raíz de los olores nauseabundos al encontrarse en proceso de descomposición o bien, porque los animales callejeros les dan arrastre hasta las banquetas.
El sector Tancol de Tampico colinda con la Laguna «La Escondida», y algunos vecinos suponen que quienes se encuentran a la cacería de los lagartos se deshacen de algunas partes en los atracaderos del «Muelle Tancol», ahí los abandonan para después iniciar la venta de esta carne haciéndola pasar por producto del mar.
Huesos y partes de estos animales continúan apareciendo en zonas del norte de la Ciudad, por lo que sus habitantes lanzaron el llamado a representantes de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para que inicie indagatorias al respecto y sobre todo sancione a los responsables de esta situación que ocasiona daño al medio ambiente, contaminación de las áreas y posible intoxicación de quienes consumen la carne, al no conocer procesos de consumo o utilizarla de manera errónea para la cocina local.
La caza y venta de cocodrilo se considera un delito federal dentro del marco de atentados a la biodiversidad establecidos por la PROFEPA, además de que su venta de piel también se encuentra estipulada como delito.