Todos aquellos que decidieron por una formación profesional como docentes, seguro aprendieron diversas formas de aprendizajes de los seres humanos, además de las opciones metodológicas para enseñar, incluso las de conducir acciones para que, teóricamente, el estudiante ‘descubra’ su propio aprendizaje.
Entiendo que nunca, ejercer el magisterio haya sido una tarea sencilla, aunque muchos, sobre todo en la educación posprimaria, carece de conocimientos pedagógicos, porque entra a ejercer esta noble tarea, sin importar la formación académica que esté dejando o combinando, por estar en el aula.
Sin duda que el golpe de la Pandemia en la educación fue certero, porque las circunstancias obligaron a los profesores de todos los niveles a buscar métodos para cumplir su labor.
Para una gran mayoría de profesores de todos los niveles fueron desconocidos los senderos para cumplir con los alumnos y solo la habilidad personal, permitió salir de su compromiso por casi dos años, aún con provocando la deserción o abandono de ‘la escuela virtual’.
La economía familiar, de alumnos y profesores fue vulnerada también porque hubo necesidad de invertir en equipos de comunicación desde computadoras, teléfonos inteligentes o tablets; quizá contratar internet hasta de ‘mayor velocidad’ por el número de integrantes de la familia que lo utilizaron y desde luego, habilitar rincones de trabajo para cada uno.
Usted sabe que las autoridades sanitarias nos hicieron creer y hasta fomentaron el conocimiento e interpretación del Semáforo Epidemiológico y las restricciones del caso; además de incorporar gastos extraordinarios por el uso de cubre bocas, mascarillas y gel antibacterial, por cierto, no dudo haya habido de los tres, ‘muy chafas’.
Con este regreso ‘paulatino’ a clases, los conflictos vehiculares en las pequeñas, medianas y grandes ciudades, esta semana, ‘revivieron’, porque las autoridades de salud y educación, a nivel federal y estatal, decidieron volver a la escuela.
La normalidad de los conflictos viales en la entrada y salida regresan como hace dos años, pero en cuestión de pandemia, con sus ‘asegunes’, porque estos días de reciente retorno, los profes o el personal asignado, dosifican gel, toman la temperatura y vigilan la distancia.
Existe la advertencia de que la Comisión Estatal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COEPRIS) supervisará las medidas sanitarias en las escuelas, pero bien sabemos que hay tiendas de autoservicio, que no respetaron la instrucción de permitir la entrada a menores de edad.
Me pregunto cuál será la actitud de la COEPRIS cuando verifique que ‘se acabó’ el gel antibacterial en la escuela o los profes no pueden atender la entrada por estar con su grupo. ¿Cerrarán la institución, la amonestarán, la reportarán? Sabemos que las escuelas tienen un presupuesto mucho muy limitado y pasan años para que les puedan otorgar enseres de limpieza.
Lo relevante. ¿Es conveniente que las escuelas reabran sus puertas para que los escolares sociabilicen con sus compañeros?
La respuesta es obvia, aunque hay noticias de que esta semana, en el municipio de Altamira, al sur del estado, todo un grupo de primaria fue suspendido porque su profesor resultó contagiado de COVID-19.
La noticia fue trabajada con tal discreción para que no cundiera el pánico, que las autoridades sanitarias o educativas no dieron detalles de identificación, Otras escuelas, han intentado que los padres de familia firmen una carta responsiva donde excluyen a la escuela de cualquier responsabilidad de contagio, documento que, desde luego, desconoce la Secretaría de Educación del estado.
Al cierre. ¿Alguien sabe cuáles fueron los motivos por los que la presidencia de la República, ordenó la cancelación del programa de Escuelas de Tiempo Completo en Educación Básica del país?