La opinión de los lectores es significativa para quienes escribimos porque significa no solo que el público lee, sino que al público le interesa el tema y lo mejor es que hace comentarios derivados de la idea central de lo publicado.

Esta acción, me recordó una lectura sobre los primeros periódicos en México que no eran del tiraje y periodicidad de estos tiempos, pese a que era semanal, quincenal o mensual los editores dejaban una página en blanco para que el público lector anotara comentarios, puntos de vista o lo que quisieran comunicar a los demás.

Adicional a lo anterior, por ser mínimo el tiraje de ejemplares, los periódicos se leían y pasaban a otro lector. Lo que permitía no solo de leer lo que el periodista plasmaba, sino los registros de las aportaciones públicas.

Este siglo permite el uso de internet y con ello la comunicación ha crecido en todas las dimensiones de audio, imagen y video, de tal suerte que lo que sucede en un lugar, casi al instante puede ser visto en cualquier lugar del mundo.

Precisamente vía internet, el periodista Gerardo Duque informa sobre los nuevos secuestros que están sucediendo en la carretera federal 57, también conocida como Carretera Panamericana.

El reporte es de un Twitter del periódico Reforma, donde se lee “Automovilistas relataron cómo fueron retenidos hombres armados en la carretera federal 57, quienes les robaron pertenencias y vehículos.”

Diría la anciana Hasta parece burla, porque apenas el mes pasado se hizo viral el secuestro, inicialmente de 45 ‘turistas’ en Matehuala, SLP, precisamente en esa carretera, lo que dio pie para descubrir a más de 100 migrantes que estaban también secuestrados.

En Tamaulipas parecieran eco las expresiones del exgobernador Egidio Torre Cantú, “No pasa nada” mientras carreteras y ciudades eran situadas por la delincuencia organizada, con presencia de hombres armados.

Exactamente la inquietud por inseguridad aparece la semana pasada en el triángulo Reinosa-Matamoros-San Fernando, aunque el presidente insista en que son temas políticos contra el gobernador Villarreal Anaya.

Otra realidad es que 84 escuelas de todos los niveles escolares de Reynosa a Matamoros se vieron en la urgente necesidad de suspender labores por la inseguridad en esta zona del estado.

Pese a la alarma con eco a nivel nacional, leemos al periodista José del Carmen Perales que publica este viernes sobre la determinación de la Mtra. Lucía Aimé Castillo Pastor, titular de Educación Pública en Tamaulipas que, en comunicación con los directivos y autoridades escolares de la región, así como valorando el reporte de seguridad estatal, determinó normalizar actividades escolares.

Educación de Tamaulipas informó que, a partir del miércoles, en forma paulatina, en esa región, las escuelas volvieron a abrir sus puertas, lo que significa que a estas alturas se normalizaron las acciones para estudiantes. Aunque este viernes hubo suspensión oficial por el aniversario de la Batalla de Puebla.

La Ley de Seguridad Escolar es clara cuando señala “Las oficinas regionales mantendrán una estrecha coordinación con las corporaciones de Seguridad y Protección Civil, lo que nos permitirá monitorear y focalizar la toma de decisiones a partir de la identificación del riesgo por parte de docentes y directivos.”

ÁRBOLES ¿LÍQUIDOS?
Cierro el espacio con una nota publicada por el Dr. Martín Jaime García donde señala que “Serbia diseña un árbol artificial, bautizado como Árbol Líquido a base de algas que purifica el aire de las ciudades. Es un experimento científico desarrollado para responder al problema de las emisiones urbanas de dióxido de carbono, un complemento de árboles o jardines.”

Según el informe de los científicos de la Universidad de Belgrado en Serbia, los árboles Líquidos contienen alrededor de 600 litros de agua, usan microalgas para producir oxígeno a través de la fotosíntesis. Además, están arreglando el dióxido de carbono de la atmósfera urbana, lo que puede beneficiar al planeta.

Los científicos universitarios estos Árboles Líquidos serán de mayor utilidad para lugares que no reciben suficiente luz solar o lugares subterráneos como estaciones de metro, pues producen cuatro veces más oxígeno que un árbol urbano normal.

Lo pésimo en nuestro México que en lugar de invertir para producir, las autoridades limitan más las finanzas de las universidades, obstruyendo el desarrollo de la ciencia.