En la entidad potosina, principalmente en la capital, con precios que van de los 2 mil hasta los 7 mil pesos se están vendiendo en el mercado negro vacunas Pfizer piratas para ser aplicadas en menores de 15 años, confirmó el profesor investigador del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina (CICSaB) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), Andreu Comas García, quien advirtió del riesgo para la salud de los menores de edad, ya que en el mejor de los casos les estarían suministrando agua quirúrgica.

“Lo saben las autoridades, de hecho el otro día una señora una señora la vendía en Balcones del Valle, se le dio la notificación al doctor Moguel, de Salubridad, acudieron a hacer la verificación, sé que hay médicos que la están vendiendo, desgraciadamente ninguno de los que se las han ofrecido me ha querido decir quiénes son, los nombre para hacer la denuncia pertinente”, expresó en entrevista exclusiva.

Andreu Comas instó a la población a que estén conscientes de que esas vacunas que están a la venta en el mercado negro son falsas y si alguna persona, inclusive un médico, se las ofrece tienen que denunciar ante la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) porque es un delito y es un daño a la población.

“No son vacunas, ve a saber qué es, hay veces que se han robado los frascos que sobran y nada más los rellenan con agua o literalmente piratean los frascos y los rellenan con agua, es un peligro para la salud pues no está garantizado que sea agua estéril y vayan a ocasionar una infección además de que lo están engañando, estas personas que están vendiendo vacunas deberían estar en la cárcel”, advirtió.

El científico universitario desestimó que alguna de esas vacunas Pfizer que se encuentran en el mercado clandestino pueda ser original, aunque sugirió que “pudiera haber alguna que otra robada porque el gobierno reporta un número relativamente pequeño de vacunas extraviadas”, indicó.

Dijo que en el caso de que hayan sido robadas, tampoco garantiza que hayan seguido la cadena de refrigeración que requiere el biológico.

También desestimó que en el caso de que proliferen vacunas Pfizer originales hayan sido ingresadas al país de manera clandestina por médicos o padres de familia que llevan a sus hijos a vacunarse a los Estados Unidos, pues dijo que allá en el vecino país del norte las aplican, pero no las venden, “necesitaría haber un contubernio muy grande con alguna farmacia o un supermercado para que te dieran la ampolleta, lo que veo muy difícil”, subrayó.

Andreu Comas reiteró que cuando algunas personas que se le han acercado para decirle que compraron una vacuna que resultó falsa, al pedirles que acudan ante la autoridad sanitaria deciden no hacerlo y perder su dinero, sin importarles que están dañando a la sociedad en su conjunto.

“Hay un correo de Coepris para hacer denuncias, se ponen evidencias, un teléfono, la dirección y cuando van en caso de que sorprendan a alguien se confisca el producto y se procede de manera penal”, acentuó.