CDMX.- En Nueva York, al capo mexicano le permitían recibir visitas todos los días, ahí estuvo hasta julio de 2019, compartía el recinto carcelario con el degenerado multimillonario Jeffrey Epstein.

En una carta enviada hace un año al Fiscal General, Merrick Garland, declaró de viva voz, los estragos que estaba padeciendo al interior de Florence, depresión, la falta de contacto humano y la escasa luz, sumieron al capo, según lo declaró en un estado de completa decadencia física y mental.

Una anécdota curiosa, que contribuye al ambiente de aislamiento en que está Loera, es la de un corte de cabello que salió mal, pues la mayor parte de la gente al interior hablan exclusivamente inglés, y el Chapo no domina el idioma, por lo que lo acabaron rapando al no poder pedir un recorte.

El mismo Joaquín declaró que el trato que le dan al interior de ADX es “cruel e injusto”, al capo lo mantienen encerrado 23 horas diarias y puede salir a que le dé el sol, a otra jaula por una hora al día.

La prisión en la que pasará el resto de sus días, está ubicada en las montañas de Colorado, desde su fundación en el 94, no ha tenido un solo escape o fuga, está fuertemente custodiada y al interior de las celdas, al menos en la de Joaquín hay revisiones constantes.