CDMX.- El testimonio clave en el que se basa la nueva teoría del segundo tirador en el caso Colosio es inverosímil y presuntamente fue inducido por la Fiscalía General de la República (FGR).

Así lo establece el Juez Quinto de Distrito en Procesos Penales Federales de Toluca, Jesús Alberto Chávez Hernández, en la negativa de orden de aprehensión contra Jorge Antonio Sánchez Ortega, el ex agente del Cisen al que ahora acusan de ser cómplice de Mario Aburto.

El testimonio al que se refiere el juzgador es el de Leticia Ortiz, compañera de trabajo de Aburto en la maquiladora Cameros Magnéticos, quien en 1998 declaró que, previo al crimen de Lomas Taurinas, un sujeto visitó dos veces al magnicida en la fábrica.

En aquella declaración, la entonces PGR mostró a la mujer cuatro fotografías de Sánchez Ortega y no lo identificó como la persona que visitó a Aburto; pero el año pasado, la Fiscalía le puso a la vista una sola fotografía del agente del Cisen, acompañado de otro sujeto, y esta vez sí lo ubicó.
«Este último reconocimiento se toma totalmente inverosímil, en razón de la temporalidad transcurrida y más porque, como se dijo, cuatro años después del suceso delictivo no reconoció al mismo individuo. Además, en caso de que ese testimonio tuviera algún valor probatorio, sería de un mero indicio, pero sólo en cuanto a sus declaraciones de 1998, por ser la más cercana a los hechos, con base en el principio de inmediatez procesal», dice el resolutivo al que Grupo REFORMA tuvo acceso.

«Por último este órgano jurisdiccional considera que no puede, ni debe, otorgarse valor probatorio alguno al reconocimiento hecho en 2023 por ser ilegal, dado que al testigo se le puso la vista una sola fotografía, lo que hace presumir inducción conforme a la tesis 1a. CCLI/2015 (10a.), emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte.

«Por ello, el reconocimiento cuestionado no debe ser tomado en consideración por este juzgado, por ser ilícito y debe excluirse del material probatorio».

EL RELATO
De acuerdo con Ortiz, un desconocido acudió a ver a Aburto los días 23 de febrero y 5 de marzo de 1994 afuera de la ensambladora Cameros.

Así lo manifestó en el primer testimonio que rindió ante la entonces Procuraduría, el 2 de febrero de 1998.

Recordó que el día 23 de febrero a las 14:00 horas estaba en la caseta de vigilancia de la fábrica, esperando a una amiga que pasaría por ella para llevarla a una fiesta, cuando Aburto salió con prisa y la empujó por accidente. Él le pidió disculpas.

«Se encontraba parado un sujeto del sexo masculino, el cual daba la impresión de que estaba esperando a alguien, de momento el sujeto de referencia esperó a que pasara junto a él Mario Aburto; ocurrido lo anterior, empezó a caminar detrás de Mario, con dirección al Parque de la Amistad, en ese momento llegó mi amiga, por lo que procedí a abordar el vehículo propiedad de la misma», narró.

La mujer aseguró que días después, el 5 de marzo, alrededor de la misma hora, observó al mismo sujeto frente a la maquiladora; sin embargo, agregó que en esa ocasión no pudo ver si el hombre se reunió con Aburto, aunque aseguró que el magnicida aún estaba en la planta.

Con el testimonio de Ortiz, la PGR elaboró un retrato hablado del individuo que esperó en dos ocasiones a Aburto afuera de la maquiladora y después le puso a la vista las cuatro fotografías de Sánchez Ortega, negando conocerlo. Un cuarto de siglo después, cambió de opinión.

El 27 de junio de 2023, la FGR llamó otra vez a declarar a la testigo y esta vez le puso a la vista una sola fotografía en la que aparecen dos individuos. Sánchez Ortega es quien aparece en esta imagen del lado derecho, con barba y playera de cuello V.

«Después de observar las imágenes, reconozco al sujeto del lado derecho, es decir al más bajo de estatura, con barba y de ropa color oscuro, como el mismo que acudió en dos ocasiones a buscar a Mario Aburto a la empresa, y de esto estoy segura por sus facciones la forma como se encuentra parado, aunque tenía menos barba y utilizaba lentes oscuros», respondió.