Nuevo Laredo, Tamaulipas.- La Diócesis de Nuevo Laredo advirtió ayer que se registra el peor momento por el arribo de miles de migrantes a la ciudad, por lo que amplió los albergues que están saturados y pidió que se sumen voluntarios para cubrir la atención que requieren cientos de centroamericanos y haitianos.
En tan sólo un día y en medio de la emergencia humanitaria por los migrantes, la Iglesia católica ha servido hasta dos mil 400 alimentos para ellos, por lo que abundan la necesidad de víveres e insumos.
«Como parte de este drama nos encontramos en Nuevo Laredo, Tamaulipas, enfrentando un momento bastante particular y difícil, por este número de hermanos haitianos que hicieron su llegada a Nuevo Laredo», expresó el párroco Marvin Leonel Ajic.
«En este momento, con la colaboración de muchas personas y las parroquias que nos han estado colaborando con los alimentos, entregamos alrededor de 800 alimentos por tiempo de comida».
El sacerdote precisó que unas 450 personas se han registrado para apoyar la atención que otorgan a los extranjeros, aunque se requiere de más voluntarios, así como de donativos de alimentos.
El Obispo de la Diócesis de Nuevo Laredo, Enrique Sánchez Martínez, dijo que se ampliaron dos de los albergues de la Casa del Migrante Nazareth, a cargo de la Iglesia católica.
En uno de ellos, detalló, se atienden a 94 migrantes, mientras que otros 190 llegan sólo a dormir en el patio y los estacionamientos, pero los apoyan con alimentos.
«Nada más los dejamos en el patio porque necesitan dónde dormir, ahí en el patio porque eso sí nada más los dejamos en el patio, porque necesitan dormir, ni modo de ofrecerles un lugar», subrayó.