CDMX.- El IMSS Bienestar se hará cargo de la cobertura médica que no logró otorgar el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) casi tres años después de que fue creado para sustituir al Seguro Popular.
Un decreto presidencial publicado ayer en el Diario Oficial de la Federación trasladó al IMSS, sin reforma legal de por medio, las funciones que el Congreso había asignado al Insabi en noviembre del 2019.
Esta decisión ocurre tras una serie de tropiezos, que incluyeron drásticas caídas en el número de personas atendidas, fallas en el abasto de medicinas en los hospitales a su cargo, falta de servicios de especialidades y una caída de recursos ejercidos, entre otros que fueron documentados a lo largo de su operación.
Constituido por el nuevo decreto como un Organismo Público Descentralizado, el IMSS Bienestar se hará cargo de la infraestructura de salud de los Estados que lo acepten, para centralizar el servicio.
El Insabi tiene asignadas 15 mil 065 plazas y 103 mil millones de pesos en el presupuesto 2022, sin que el decreto aclare si pasarán al IMSS-Bienestar.
Especialistas coincidieron en que la medida fragmenta el sistema de salud, además de que es ilusorio pensar que el IMSS Bienestar podrá prestarle servicios a las cerca de 70 millones de personas sin seguridad social.
El decreto del IMSS-Bienestar no ordena que le sean transferidos estos recursos desde el Insabi, pero la Secretaría de Hacienda podría autorizarlo posteriormente.
La idea de la reforma de 2019 a la LGS era que el Insabi asumiría el control de los servicios estatales de salud, previo convenio con los Gobiernos locales.
«En el caso de las entidades federativas que acuerden con el Insabi que éste se haga cargo de organizar, operar y supervisar la prestación de los servicios a que se refiere este Título, los recursos que les correspondan de los mencionados en el artículo 77 bis 15 de esta Ley serán ejercidos por el citado Instituto», dice la ley en alusión a los fondos federales para atención médica gratuita.
«El IMSS-Bienestar brindará los servicios de salud a las personas a que se refiere el párrafo primero, en aquellas entidades federativas con las que celebre convenios de coordinación para la transferencia de dichos servicios», ordena el decreto publicado hoy por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Donde sí hay una diferencia entre ambos órganos es en el origen de su dinero.
López Obrador determinó que el IMSS-Bienestar podrá recibir fondos del Presupuesto de Egresos federal, dinero que le quieran asignar los Gobiernos estatales, y recursos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), que este año tiene 117 mil 537 millones de pesos que se reparten entre las entidades.
Además, el Ejecutivo autorizó crear un fideicomiso para que el IMSS-Bienestar vaya generando y administrando un patrimonio propio.
El Insabi, en cambio, sigue controlando el Fondo de Salud para el Bienestar, que heredó del desaparecido Seguro Popular, y que es un fideicomiso que al cierre de junio contaba con 37 mil 838 millones de pesos.
Este fondo se tiene que usar para infraestructura, abasto de insumos, atención a enfermedades catastróficas y acceso de personas de escasos recursos a exámenes clínicos.
El Insabi no pudo lograr todos los objetivos que le fijó la LGS, y ahora se dedica a hacer compras consolidadas de medicamentos y material de curación, así como transferencias de recursos a los estados.
La LGS le da al Insabi hasta noviembre de 2022 para presentar al Congreso un informe sobre la cobertura de la prestación gratuita de servicios de salud y medicamentos.